Curriculum Paulino
PAULINO GARCiA-CAMACHA GUTIÉRREZ
Daimieleño de nacimiento, de trabajo y residencia.
De espíritu investigador, vocación pedagógica y educativa y de vivencia estrechamente ligado con la agricultura. Es diplomado en magisterio, ha realizado varios cursos de formación de Gerentes y Dirección de empresas y actualmente trabaja en la Cooperativa “Los Pozos” como director-gerente. Sus convicciones religiosas, su empeño en servir a los demás, la profesionalización de su trabajo y dignificación del sector agrario y su familia, son los cuatro ejes fundamentales que condicionan y orientan su vida. Desde muy niño y hasta ahora ha sido miembro activo en un gran número de movimientos y grupos parroquiales y diocesanos. Actualmente participa en varias hermandades de la localidad. Ha colaborado en varias agrupaciones y asociaciones de carácter deportivo, turístico, cultural, educativo… y participado en la formación, consolidación y asesoramiento de distintas empresas. Lo que más le importa es promocionar y ayudar a todo el que se cruza en su camino haciéndole encontrarse a gusto. Siempre ha sido un enamorado del campo, donde se ha criado, donde aprendió a leer en un manuscrito a la luz de un candil, en las quinterías con su padre, y donde ha realizado todo tipo de faenas agrícolas. Después de formarse en la escuela, instituto y universidad, compaginando estudio y trabajo, realizó tareas de técnico de organización, en el sector textil. Quiso el destino y las personas, que su vida laboral aterrizase en el sector agrario; así, hace justo ahora 25 años y con un pequeño grupo de agricultores, se formó la Cooperativa Los Pozos con el objetivo de concentrar y valorizar los productos de nuestros campos, aminorar los costes de producción, ser participes de sus gestión, ser un referente local, dignificar esta maravillosa profesión y facilitar todo tipo de servicios a los socios. Pero fue en 1998 cuando la Cooperativa los Pozos dio otro paso de gigante, de los muchos que aún le quedan por dar, con la empresa consolidada social y económicamente, ante una necesidad local urgente y con los vientos en contra, con un importante grupo de valientes agricultores se acometió la construcción de una bodega que elaborase vinos de calidad y mostrase nuestras señas de identidad, superando la dependencia y conquistando el futuro. Para conseguirlo había que intentar rescatar el legítimo patrimonio de nuestros agricultores y del mundo cooperativo; esto es, recuperar nuestras marcas de vino, conocidas en todo lugar: CASTILLO DE DAIMIEL, LAS TABLAS Y CLAVILEÑO. Con ellas, nuestros vinos y nuestro trabajo y empeño nos situaremos en el lugar que nos corresponde. |